ANUNCIO |
Dios es Dios de todos los hombres: creyentes y no creyentes. Dios es el Creador. Y todo hombre, en este sentido y más allá de su fe o de su incredulidad, está vinculado en su ser con Dios. Por eso Dios puede manifestarse como Señor de la naturaleza y de su orden ecológico; Señor del hombre y del orden natural de su persona; Señor del orden social y de la historia humana: pueblos, épocas, culturas, orientación final de la historia (cf. Deut 32,1-22). Dios ama a todos y busca la salvación de todos. Y María se hace eco de este Corazón universal de Dios. Por eso no deja de lado a nadie en sus manifestaciones y mensajes: "Tengo un plan para la salvación de todo el género humano" (25-1-87). Su preocupación no es sólo por la Iglesia y los cristianos. "Una vez más les suplico a todos que oren para ayudar con sus oraciones a los incrédulos, esos que no tienen la gracia de la experiencia de Dios en sus corazones con una fe viva". |
Y añade: "Quiero que sepan que sufro por todos porque soy la Madre de todos" (18-3-89). El corazón maternal de María, allí, expresa también el amor universal de su Hijo Jesús. De ese amor evangélico que se extiende en su vida, aún a los samaritanos, paganos y perseguidores. Y que en las circunstancias actuales de Yugoslavia se explicita así: "Amen a sus hermanos serbios, ortodoxos y musulmanes, y a los ateos que los persiguen" (1987). Los corazones de Jesús y de María, en la universalidad de su amor, nos invitan también a nosotros. El don de la oración derramado por el Espíritu Santo nos lleve a crecer en la universalidad del amor a aquellos que diariamente nos rodean. P. R. |
La HOJA DE MARÍA impresa puede ser copiada para entregarse gratuitamente a otras personas que, a su vez, puedan hacer lo mismo. Esta cadena de difusión es un modo de colaborar para que la acción de los mensajes de María pueda llegar a más personas.
La HOJA DE MARÍA impresa es de distribución gratuita y se sostiene con aportes voluntarios. Si desea realizar una colaboración, puede hacerlo en Av. San Juan 2831, Ciudad de Buenos Aires, Argentina, o con cheques a la orden de El Movimiento de la Palabra de Dios.