MARÍA Y EL MUNDO

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Mensajes de María en San Nicolás

Veo a Jesús y me dice: "Si esta generación no escucha a mi Madre, perecerá; pido al mundo que lo haga. Es necesaria la conversión del hombre. Vale más mirar hacia arriba y saber qué dice el que allí está, que caminar a la deriva. Que esto se medite". Luego veo a la Santísima Virgen, está sola, me dice: "Pido al Señor por ustedes hijos míos; Él ama los corazones buenos, Dios realmente ve sus acciones. Bendito y alabado sea. Lean: Sal 4,3-4" (Mens. 823 del 12-3-86).

Veo a Jesús, me dice: "Entrego a los pueblos el amor de mi Madre, para que acudan a ella. Es el Auxilio, que sacará a los cristianos de las sombras, para introducirlos en la Luz. Sea invocado su nombre con infinito amor" (Mens. 1276 del 14-10-87).

"Mi querida hija, ¡qué tristemente perdida está la juventud! La drogadicción y la vida fácil, es el panorama que el maligno ha abierto ante los jóvenes. El pecado, cometido de muy distintas maneras, hace que se aparten cada vez más de Dios. Sólo si vuelven sus ojos hacia la Madre de Dios, la Madre, los hará reencontrarse con Dios. Sólo si se introducen en el Corazón de la Madre, podrán escuchar la voz del Señor. No me escondo para nadie, nadie entonces se esconda de mí. Amén, amén. Lean: Lc 12,29-32" (Mens. 1262 del 21-9-87).

"¡Oh, hija mía, triste realidad vive hoy la juventud! La drogadicción es un grave peligro para los jóvenes, porque los lleva a vivir en la más completa inmoralidad. El desconocimiento de Dios hace que el alma se sumerja en las tinieblas. Es por eso que cada vez deben ser más los hijos que conozcan el Evangelio; que deseen ser salvados por el Salvador: Cristo Jesús. La salvación debe ser ampliamente predicada; es necesario que así sea. Amén, amén. Hazlo conocer, para que despierten mis hijos. Lean: Is 40,8-9" (Mens. 1709 del 17-9-89).

Soñé con Jesús. Él me mostraba cómo había hecho Dios Padre el mundo; cómo se partía la tierra y aparecían los mares y los ríos; cómo se formaban las islas. Antes me había dicho: "Verás las obras de mi Padre". Desperté y nuevamente lo vi y me dijo: "Antes fue salvado el mundo por medio del Arca de Noé; hoy el Arca es mi Madre. Por medio de ella, se salvarán las almas, porque ella las traerá hacia mí. Aquel que rechaza a mi Madre, a mí me rechaza. Muchos están dejando pasar la gracia de Dios en estos días". También me dijo: "Vayan y evangelicen; no se fijen dónde. En el lugar donde estén, evangelicen a sus hermanos que nada conocen de la Palabra de Dios. No lo olviden, evangelicen" (Mens. 1778 del 30-12-89).

"Hija mía: Te dije una vez, que desde aquí renacería la fe por Jesús y María. Desde aquí, invito al mundo a buscar la fuente vivificadora, la fuente de paz y de gracias. Quiero sanar a mis hijos, de esa enfermedad que es el materialismo y que muchos padecen. Quiero ayudarlos a descubrir a Cristo, a amar a Cristo y decirles que Cristo prevalece por sobre todo. Amén, amén. Lean: Prov 8,34-36" (Mens. 788 del 26-1-86).

"Tantas pasiones insanas hay en todas partes, hijos míos, que la ceguera se ha apoderado de mucha gente. El pecado sobrepasa toda medida, el demonio quiere poseer total dominio sobre la Tierra, quiere destruir. Mas el Señor no quiere vencidos, sino vencedores, venzan definitivamente la maldad que los rodea. En Dios está la victoria. Amén, amén. Dalo a conocer. Lean: Ap 21,6-8" (Mens. 575 del 2-6-85).

Hoy tengo una visión. Veo serpientes, se mueven, tiene grandes ojos y parece que no ven, están como pegadas en una gelatina de color verde claro o celeste, van bajando sus cabezas, quedan como asfixiadas o muertas, porque no se ven más. Luego veo a la Santísima Virgen y me dice: "Hija, el príncipe del mal vierte su veneno con todas las fuerzas, porque ve que está concluyendo su triste reinado, es poco lo que le queda, su fin está cerca" (Mens. 817 del 7-3-86).

"Mi querida hija: El ateísmo inunda las naciones; hay por doquier ausencia de Dios. Es por eso que la Palabra del Señor debe ser escuchada y no despreciada. La acción de su Palabra mucho hará, si el corazón se abre a ella. Que mis hijos reciban a Cristo y recibirán de Cristo. Amén, amén. Lean: Zac 2,14" (Mens. 1363 del 27-2-88).