Cristo Vive ¡Aleluia! N° 59
 

Providencia laboral: Superando las dificultades

A medida que afrontamos las responsabilidades de la vida adulta, la entrega a Dios nos revela un nuevo aspecto del camino cristiano: la Providencia en el trabajo

Un día Jesús contó a sus discípulos esta parábola:

«Pidan y se les dará, busquen y encontrarán; llamen y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe, el que busca, halla: y al que llama se le abrirá» (Lc 11,9-10).

En el verano de 1987, Jesús me revelaba que quería un trabajo más definitivo en relación con lo que había estudiado. Sin embargo, poder trabajar en un estudio jurídico era difícil, ya que muchos estudiantes de abogacía buscan este trabajo y por lo tanto además de ser difícil trabajar, lo que se paga es muy poco.

Una noche, nos pusimos a discernir la voluntad de Dios en esta situación con Fabiana, mi novia, y me di cuenta de que Dios me llamaba a entregarle el proyecto laboral a Él desde la oración.

Al día siguiente, luego de haber orado casi una hora, descubría que todo estaba en sus manos, y eso me daba una gran paz interior.

Me dispuse a vivir la semana en las manos de Dios, sabiendo que Él iba a responder a mi súplica. Y no se hizo esperar. A la semana siguiente recibí una oferta laboral de una asesoría legal, con un sueldo algo superior al de un estudio jurídico, y además con la posibilidad de adquirir experiencia.

Como mi respuesta debía darse en lo posible el mismo día, decidí hacer una pequeña oración. Le pedí a Jesús que me diese una respuesta a través de su Palabra. Me decía:

«Cuida de proveer de todo lo necesario para el viaje de Zenas, el abogado, y de Apolo, de modo que nada les falte. Que aprendan también los nuestros a sobresalir en la práctica de las buenas obras, atendiendo a las necesidades de este mundo, para que sean útiles» (Tito 3,13-15).

Descubriendo en esta cita la respuesta de Dios dije que sí a esa oferta.

Actualmente, luego de medio año de trabajo en este lugar, sólo me queda agradecer la Providencia del Padre, ya que además de seguir trabajando, finalicé mis estudios. Como si todo fuera poco, además me regaló la compañía de Marisa, que ora en los grupos de oración del centro de Núñez, y en este momento trabaja también en la asesoría. ¡Bendito seas Jesús por cumplir tus promesas!

«Dijo a sus discípulos: Por eso les digo: No anden preocupados por su vida, qué comerán, ni por su cuerpo, con qué se vestirán, porque la vida vale más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido; fíjense en los cuervos: ni siembran, ni cosechan, no tienen bodega ni granero, y Dios los alimenta. ¡Cuánto más valen ustedes que las aves! Busquen más bien el Reino y esas cosas se darán por añadidura» (Lc 12,22-24).

Jesús es la Esperanza que este mundo desconoce

Gustavo V.
Cristo Vive Aleluia!
Nº 59, p. 18 (1987)

© El Movimiento de la Palabra de Dios, una comunidad pastoral y discipular católica. Este documento fue inicialmente publicado por su Editorial de la Palabra de Dios y puede reproducirse a condición de mencionar su procedencia.